Otra prueba
de que los diplomáticos solo despiden a las personas capaces de los consulados
y dejan a los que, como ellos, son unos incapaces, delincuentes, ignorantes y
difamadores. Los dejan porque les sirven para cubrir las porquerías y malos
manejos del diplomático de turno dentro del consulado.
Al
compatriota Percy Maceda lo despidieron acusándolo de hechos que jamas
ocurrieron y que jamas probaron, le causaron un daño irreparable pues no existe
sentencia que pueda borrar los malos momentos y las dificultades que paso él y
su familia por causa de una pésima empleada estatal como fue Amalia Mariategui.
Sin embargo
cuando denunciaron a los trabajadores corruptos del consulado de Machala nadie
investigó y la Mariategui y quienes la han sustituido han seguido protegiendo a
la carroña enquistada en ese consulado.
Esta
actitud, que es común en todos los consulados peruanos en el mundo, al parecer
es normal pues se crea una especie de complicidad y simbiosis entre los
malos empleados que ya se encuentran dentro del consulado y los
diplomáticos que llegan y ojo quien observa una conducta honesta lo
calumnian y despiden impune e irremediablemente.
OTROS CASOS DE ABUSO DE PODER:
A los
trabajadores del consulado y la embajada peruana en Roma, los despedidieron
argumentando reducciòn de personal, en cambio contrataron al doble de
personal incluida la amante del cónsul, ahora difunto de apellido Davila. Pero no se limitaron a despedirlos, como de costumbre los difamaron
diciendo que no eran eficientes y tantas cosas mas en contra de personas inocentes.
Lo mismo
paso con la trabajadora Portugal en Chile que ganó el juicio y el miserable
cónsul en vez de acatar la orden del juez se acogió a su inmunidad.
Sin dejar de
lado a la abogada que trabajaba en el consulado de Florencia que no quiso
participar en una ceremonia donde hecharon sal, agua y aceite por todo el
consulado y le impusieron las manos a todos inclusive a la hija menor de edad
de la cónsul. Luego para salvar el pellejo la Lizarraga ordenó a las
participantes en la ceremonia que hicieran
declaraciones “perjuradas”, diciendo que se trataba solo de una inocente
bendición y que los hombres de raza negra vestidos de civil y que imponían las
manos y hechaban sal, agua y aceite, eran curas, pero lo que no justifico es que hacia el "amigo" de la empleada italiana del consulado llamada Emanuela, bendiciendo, imponiendo manos y rociando sal, aceite y agua, porque ese es el tercer hombre dentro del consulado que en horas de oficina dirigiò el ritual. Inaceptable e ilegal desde todo punto de vista...! Como asì la Cancillería, donde todos saben la clase de arribista que es la Lizarraga no investigò a profundidad los sucedido? Es muy grave que, justo al día
siguiente de la ceremonia, y siempre en complicidad con la trabajadora italiana Emanuela, calumnian a la abogada que se negó a participar en
su ritual y la despide dándole a la Cancillería una versión falsa de los hechos. Porqué la oficina de personal donde se denuncio lo acontecido nunca investigo las
denuncias de la abogada?
EL MUNDO AL
REVÉS
Causa
extrañeza y repudio como tantos empleados con “antecedentes” inclusive de
agresión física como el caso del empleado José Torres del Consulado del Perú en Turín que golpeó salvajemente a un usuario rompiéndole la boca, en este caso la
cónsul defendió a capa y espada al trabajador golpeador..!!! este matón sigue trabajando en el consulado como si nada hubiera
pasado. También es sabido el caso de la trabajadora italiana del consulado peruano de
Florencia, la tristemente celebre Emanuela, que trabajó con el cónsul honorario y que luego la
contrataron los diplomáticos peruanos, a pesar de las protestas de los
compatriotas, esta mujer se ha dedicado desde siempre no solo a complicarle la
vida a los usuarios pidiendo documentos innecesarios sino que ha maltratado e
insultado públicamente a sus compañeras de trabajo y usuario en general, sin
embargo como les arregla las “cuentas” y se sabe todas las mañas no la
sueltan.
Al final de cuentas el propósito de todo diplomático es salir fuera para regresar después de cinco años al Perú con un buen botín, queda claro que nadie debe interponerse en estos porpositos y que solo pueden quedar en su entorno quienes son iguales a ellos, por eso no es de espantarse que los empleados de los consulados sean todos unos incapaces y deshonestos como sus jefes.
Al final de cuentas el propósito de todo diplomático es salir fuera para regresar después de cinco años al Perú con un buen botín, queda claro que nadie debe interponerse en estos porpositos y que solo pueden quedar en su entorno quienes son iguales a ellos, por eso no es de espantarse que los empleados de los consulados sean todos unos incapaces y deshonestos como sus jefes.
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